Fotografía extraída de Elpais.com |
El grito sordo de Sierra Leona
Una imagen vale más que mil palabras. Eso es cierto.
Una imagen puede contar una historia, puede transmitir sentimientos, emociones
y miles de cosas más. Pero una imagen siempre será lo que una persona vea en
ella. Porque las imágenes pueden leerse desde dos perspectivas posibles: cuando
ves en ellas un significado explícito (denotación) y cuando, al contrario, encuentras
un significado implícito (connotación).
Llevando a cabo una lectura denotativa de la
fotografía anterior nos fijamos en que la imagen se centra en un joven negro vestido
con ropa raída y sucia sentado en una posición con las manos en la cabeza. El
chico se encuentra en una especie de habitación con poca luz, una pared verde
sucia y estropeada. A simple vista es una imagen simple, no tiene decorados ni ningún objeto que pueda distraer de lo que de verdad importa, el personaje que aparece en el centro de la fotografía.
En cambio, si hacemos una lectura connotativa de la
fotografía podemos encontrar mil significados diferentes: el chico (probablemente
africano) transmite con su postura, llevándose las manos a la cabeza, un fuerte
sentimiento de desesperación. Si nos centramos en el rictus de su rostro y sus
ojos podemos ver tristeza, desesperanza, abandono, y muchos otros sentimientos
y emociones relacionados. Su ropa sucia y raída nos hace pensar en su condición
de vida, de un nivel muy bajo.
La fotografía va acompañada del titular ‘El grito
sordo de Sierra Leona’ y la noticia trata sobre un premio de fotografía
otorgado por World Press Photo y Human Watch al fotoperiodista Fernando Moleres
por su trabajo con los presos de Freetown (República de Sierra Leona, África). El titular hace un perfecto resumen
del significado connotativo de la imagen: es un grito silencioso de un joven
preso al que ya no le queda esperanza por nada, que solo conoce la tristeza y
la desesperación. Un grito que no es escuchado.
Inmaculada Vélez
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